1977
Aquella noche la expectación era máxima. Era la primera noche. Fue un mítico 12 de julio de 1977. Desde entonces más de cinco mil y una noches han sucedido en este lugar y sobre este mismo escenario. Se habían probado todos los primeros focos y todas las pistas de la mesa de mezclas. Se hicieron funcionar una y otra vez todos los micrófonos. Hubo varias sesiones de trabajo previo para prepararlo todo: las mesas, la mecánica del escenario y su tramoya, los accesos, las neveras y la cocina, el vestuario del personal de sala, la taquilla o la capacidad del guardarropía. Se ponía a prueba toda aquella inmensa cristalería. Los invitados iban llegando. Cuando se abrieron las puertas y la sala concentró a más de mil quinientos espectadores una frase corrió en boca de todos: desde el camarero a la dirección de la empresa. Todo el esfuerzo, toda la inversión, toda aquella ilusión había valido la pena y cobraba sentido inaugurar aquel nuevo espacio de ocio social en la costa mediterránea. Alguien desde el escenario y con todos los focos sobre su voz pronunció: «Buenas noches: les damos la bienvenida a una ilusión que ahora es una realidad para todos. Bienvenidos al Benidorm Palace».